Publicación científica

Humedales Altoandinos de turberas (vegas y bofedales): Estrategias para su conservación

Por: CEA abril, 2024

Durante las últimas décadas ha crecido significantemente el número de autores que han planteado la importancia biológica a nivel global que tienen los humedales, y con más énfasis aún, han destacado la relevancia de conservarlos debido a su fundamental rol en el control del balance hídrico, eficiente acumulación de carbono, además de contribuir en el desarrollo de cuencas y de un alto nivel de endemismo de flora y fauna.

Conocidos también como vegas y bofedales, los humedales de tipo continental (unidades vegetacionales de altura), se ubican en gran parte de Chile, alimentándose de aguas minerales de laderas y cuencas o solo de agua de lluvia. Descrito incluso como turberas, estos sistemas fueron reconocidos internacionalmente como objeto de restauración prioritario ya que, pese a cubrir solo un 3% de la superficie terrestre, han contribuido en el almacenamiento de un tercio del carbono que existe en ella.

Si bien sabemos que aportan con una alta eficiencia en la captura de carbono (entre 70 – 292 gC g-2año en el caso de los bofedales del altiplano chileno), estos ecosistemas han contribuido además siendo una fuente de servicios ecosistémicos relacionados al desarrollo económico de comunidades locales, asociándolos principalmente a actividades de manejo de recursos forrajeros de los ecosistemas andinos para ganado caprino, bovino y equino, los cuales, si no se guían de manera adecuada, podrían generar deterioros por efecto de pisoteo y sobreconsumo de forraje. Un ejemplo de ello es Escocia en donde al menos un 85% de las turberas presentan un fuerte deterioro por sobre pastoreo, y en el caso de China, se documentó en la década del 70 que el 50% de las turberas fueron drenadas para aumentar el área de pastoreo.

Este último componente sumado a los cambios climáticos y cambios de las condiciones de los acuíferos, generan procesos de degradación como drenaje de canales, desecación y oxidación de la turba lo que resulta muchas veces en emisión de carbono a la atmósfera.

Es necesario entonces orientar investigaciones que terminen con la idea de que son solo un recurso y que, a través del establecimiento de bases, se planteen estrategias para una planificación sustentable del uso de estos pastizales en la zona andina norte y central de Chile, considerando aspectos como el stock de carbono actual de vegas y bofedales, generar catastros de ambos así como estimar su cubrimiento real y el posible efecto de las emisiones si estos se degradaran.

 

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Humedales Altoandinos de turberas (vegas y bofedales): Estrategias para su conservación

Por: CEA abril, 2024

Durante las últimas décadas ha crecido significantemente el número de autores que han planteado la importancia biológica a nivel global que tienen los humedales, y con más énfasis aún, han destacado la relevancia de conservarlos debido a su fundamental rol en el control del balance hídrico, eficiente acumulación de carbono, además de contribuir en el desarrollo de cuencas y de un alto nivel de endemismo de flora y fauna.

Conocidos también como vegas y bofedales, los humedales de tipo continental (unidades vegetacionales de altura), se ubican en gran parte de Chile, alimentándose de aguas minerales de laderas y cuencas o solo de agua de lluvia. Descrito incluso como turberas, estos sistemas fueron reconocidos internacionalmente como objeto de restauración prioritario ya que, pese a cubrir solo un 3% de la superficie terrestre, han contribuido en el almacenamiento de un tercio del carbono que existe en ella.

Si bien sabemos que aportan con una alta eficiencia en la captura de carbono (entre 70 – 292 gC g-2año en el caso de los bofedales del altiplano chileno), estos ecosistemas han contribuido además siendo una fuente de servicios ecosistémicos relacionados al desarrollo económico de comunidades locales, asociándolos principalmente a actividades de manejo de recursos forrajeros de los ecosistemas andinos para ganado caprino, bovino y equino, los cuales, si no se guían de manera adecuada, podrían generar deterioros por efecto de pisoteo y sobreconsumo de forraje. Un ejemplo de ello es Escocia en donde al menos un 85% de las turberas presentan un fuerte deterioro por sobre pastoreo, y en el caso de China, se documentó en la década del 70 que el 50% de las turberas fueron drenadas para aumentar el área de pastoreo.

Este último componente sumado a los cambios climáticos y cambios de las condiciones de los acuíferos, generan procesos de degradación como drenaje de canales, desecación y oxidación de la turba lo que resulta muchas veces en emisión de carbono a la atmósfera.

Es necesario entonces orientar investigaciones que terminen con la idea de que son solo un recurso y que, a través del establecimiento de bases, se planteen estrategias para una planificación sustentable del uso de estos pastizales en la zona andina norte y central de Chile, considerando aspectos como el stock de carbono actual de vegas y bofedales, generar catastros de ambos así como estimar su cubrimiento real y el posible efecto de las emisiones si estos se degradaran.

 

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